LOS PROPÓSITOS DE LA IGLESIA

LOS PROPÓSITOS DE LA IGLESIA

    Podemos entender los propósitos de la iglesia en términos de ministerio a Dios, ministerio a los creyentes, el ministerio al mundo.

1.- Ministerio a Dios: Adoración.
    En relación a Dios el propósito de la iglesia es adorarle. Pablo dice a la iglesia de Colosas: “Canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón” (Col. 3:16). Dios nos ha destinado y señalado en cristo para que “seamos para alabanza de su gloria” (Ef.1:12). La adoración en la iglesia no es meramente una preparación para algo más: es en sí misma cumplir el propósito principal de la iglesia con referencia a su Señor. Por eso pablo puede seguir una exhortación de que debemos “aprovecha[r] al máximo cada momento oportuno” con un mandamiento de ser llenos del Espíritu y entonces decir: “Canten y alaben al Señor con el corazón” (Ef. 5:16-19).

2.- Ministerio a los creyentes: Nutrir.
    Según La Biblia la iglesia tiene una obligación de nutrir a los que ya son creyentes y edificarlos a lla madurez en la fe. Pablo dijo que su propia meta no era simplemente llevar a las personas a la fe inicial que salva sino “presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre” (Col.1:28). Le dijo a la iglesia de Éfeso que Dios dio a la iglesia personas dotadas “a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de cristo” (Ef. 4:12-13).
    Es claramente contrario al petrón de Nuevo Testamento pensar que nuestra única meta con las personas es llevarlas a la fe inicial que salva. Nuestra meta como iglesia debe ser presentar a Dios a todo creyente “perfecto en Cristo” (Col. 1:28).

3.- Ministerio al mundo: Evangelización y misericordia.
   Jesús les dijo a sus discípulos: “hagan discípulos de todas las naciones” (Mat. 28:19). Esta obra evangelizadora de declarar el evangelio es el ministerio primario de la iglesia hacia el mundo. Sin embargo, acompañando a la obra de evangelización también está un ministerio de misericordia; misericordia que incluye atender en el nombre del Señor a los pobres y necesitados. Aunque el énfasis del Nuevo Testamento es dar ayuda material a los que son parte de la iglesia (Hechos 11:29; 2 Co 8:4; 1Jn 3:17), con todo hay una afirmación de que es correcto ayudar a los no creyentes aunque ellos no respondan con gratitud o aceptación del mensaje del evangelio (Lc.6:35-36).
    Debemos imitar a Dios al ser bondadosos por igual con los que son ingratos y egoistas. Es más, tenemos el ejemplo de Jesús que no intentó sanar sólo a los que lo aceptaron como Mesías. Más bien, cuando grandes multitudes vinieron a Él, “Él puso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó” (Lc.4:40). Esto debería animarnos a realizar obras de bondad, y orar por sanidad y otras necesidades.
    Tales ministerios de misericordia al mundo también pueden incluir participación en actividades cívicas o intentar influir en las políticas del gobierno para hacerlas más consistentes con los principios morales bíblicos.

4.- Cómo mantener en equilibrio estos propósitos.
    El Señor ordena en La Biblia todos los tres propósitos de la iglesia; por consiguiente, los tres son igualmente importantes y no se puede descuidar ninguno. Es más, una iglesia fuerte tendrá ministerios efectivos en estos tres aspectos.
    Una iglesia que hace énfasis sólo en la adoración acabará con enseñanza bíblica inadecuada de los creyentes y sus miembros permanecerán con superficialidad en su comprención de la Escrituras e inmaduros en sus vidas cristianas. Si también descuida la evangelización dejará de crecer en su influencia a otros, se volverá egocéntrica y a la larga se marchitará.
    Una iglesia que pone la edificación de los creyentes como el propósito que toma preferencia sobre los otros dos tenderá a producir creyentes que saben mucha doctrina bíblica pero que cuyas vidas espirituales son secas porque conocen muy poco del gozo de adorar a Dios o de hablarles a otros en cuanto a cristo.
    Pero una iglesia que pone en la evangelización tal prioridad, terminará con creyentes inmaduros que hacen énfasis en el crecimiento en números pero que tienen menos genuino amor a Dios expresado en la adoración, y menos madurez doctrinal y santidad personal en sus vidas.

UNA IGLESIA SALUDABLE DEBE RECALCAR CONTINUAMENTE LOS TRES PROPÓSITOS.

    Sin embargo, los individuos son diferentes de la iglesia al poner una prioridad relativa en uno u otro de los propósitos de la iglesia. Debido a que somos como un cuerpo con diversos dones espirituales o capacidades, es correcto que pongamos más de nuestro énfasis en el cumplimiento del propósito de la iglesia que está más estrechamente relacionado a los dones e intereses que Dios nos ha dado (Adorar, nutrir, evangelizar).

    "Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, afin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y al conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo."
Efesios 4:11-13
Wayne Grudem.
Teología Sistemática.