SOLIDARIDAD
Mensaje compartido desde el púlpito de la Iglesia de la Parrocchia di Santa Maria Assunta di Fidenza, el 30 de Noviembre de 2013.
“Y habiendo tomado
alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que
estaban en Damasco. En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo
que éste era el Hijo de Dios.” (Hechos 9:19-20).
Damos gracias a Dios por la oportunidad que nos
dio el sábado 30 de noviembre (2013) de compartir una reflexión de Su Palabra
desde el pulpito de la Iglesia de la Parroquia de Santa María A. de la ciudad
de Fidenza.
Damos gracias al párroco Don Mario, por la invitación.
La gloria es para Dios Padre, el merito es de
nuestro Señor Jesucristo y la acción pertenece al Espíritu Santo.
Este es el mensaje que compartimos:
Buenas noches,
Hoy nos encontramos reunidos, ante la presencia
de Dios, para orar e interceder, por los sobrevivientes, los familiares y
amigos de las víctimas de las recientes calamidades acaecidas en La
Sardeña, Las Filipinas y en otras parte
del mundo.
La historia de Giobbe, que se encuentra en La
Biblia, que es La Palabra de Dios, nos muestra la actitud correcta que debemos
tener nosotros, gente de fe, ante estas situaciones de calamidad. Ante las
duras pruebas que afrontamos constantemente.
Giobbe
42:1-6 (Job)
Allora Giobbe rispose al Signore e disse:
2 Comprendo
che puoi tutto e che nessuna cosa è impossibile per te.
3 Chi è colui che, senza aver scienza, può oscurare il tuo consiglio? Ho esposto dunque senza discernimento cose troppo superiori a me, che io non comprendo.
4 «Ascoltami e io parlerò, io t'interrogherò e tu istruiscimi».
5 Io ti conoscevo per sentito dire, ma ora i miei occhi ti vedono.
6 Perciò mi ricredo e ne provo pentimento sopra polvere e cenere.
3 Chi è colui che, senza aver scienza, può oscurare il tuo consiglio? Ho esposto dunque senza discernimento cose troppo superiori a me, che io non comprendo.
4 «Ascoltami e io parlerò, io t'interrogherò e tu istruiscimi».
5 Io ti conoscevo per sentito dire, ma ora i miei occhi ti vedono.
6 Perciò mi ricredo e ne provo pentimento sopra polvere e cenere.
Giobbe, un hombre pio (piadoso), un hombre de fe, pierde sus bienes
materiales, pierde su salud, pierde a sus hijos, recibe consejos equivocados de
parte de sus amigos más íntimos, inclusive de su propia esposa quien le pide
que maldiga a Dios; sin embargo él nunca se aparta de Dios.
Giobbe se pregunta a sí mismo y pregunta a Dios de por qué le suceden
todas estas cosas precisamente a él. Giobbe nunca supo el por qué de estas
duras pruebas, sin embargo si obtuvo una respuesta y esta se encuentra cuando
le dice a Dios “Comprendo che
puoi tutto e che nessuna cosa è impossibile per te” Giobbe reconoce ante Dios (nosotros también
debemos reconocerlo) no tener capacidad para entender todas las cosas y que no
siempre sabremos por qué suceden.
Giobbe reconoce que él creía conocer a Dios pero que en realidad era
solo a su modo o por lo que otros decían; sin embargo, en la comunión constante
con El, a través de la oración, Giobbe dice “Io ti conoscevo per sentito dire, ma ora i miei occhi ti vedono”. Así, tú y yo, en
oración, por medio y merito de nuestro Señor Jesucristo, podemos estar en la
presencia de Dios para interceder por estas personas; pero la condición es
arrepentirnos de haber vivido una vida sin Dios, una vida a modo nuestro, de
haber confiado más en nuestras propias capacidades antes que confiar en Dios,
quien todo lo sabe y todo lo puede. El vivir apartado de Dios es pecado y la
paga del pecado es la muerte.
Giobbe no se apartó de la vía del Señor a pesar de todas las duras
pruebas que le tocó vivir, acudió a Dios, que es misericordioso, para recibir
consuelo. Así mismo, nosotros debemos acudir a Dios para recibir y dar consuelo
(nosotros no podemos dar lo que no tenemos)… “Dio infatti ha di tanto amato il Mondo da osare il Suo Figlio
unigenito (nostro Signore Gesucristo), Perchè chiunque Crede in lui non muoia,
ma abbia la vita eterna.” (Juan 3:16)
Jesús murió para librarnos de la muerte eterna (consecuencia de vivir en
pecado) y resucitó para darnos una esperanza, que también nosotros
resucitaremos.
Esta noche estamos reunidos en este lugar para interceder ante Dios por
todas aquellas personas que están pasando esta dura prueba, las consecuencias
de las calamidades mencionadas, y si es posible hacer algo más, que el Señor
ponga en nuestros corazones el querer y el hacer.
OREMOS:
Dios, Padre, Señor omnipotente y misericordioso, ante tu presencia,
arrepentidos de nuestros pecados y con la confianza de que ya nos has perdonado
y así, libres de culpa, nos acercamos a ti, gracias a la obra expiatoria de tu
hijo amado, nuestro Señor Jesucristo, la única vía para estar en tu presencia.
Ponemos delante de tu trono a todas estas personas que están sufriendo
las consecuencias de tantas calamidades, te pedimos que les proveas para todas
sus necesidades físicas, emocionales y espirituales, sobretodo dales el
consuelo que solo Tú puedes dar; y si quieres usarnos para manifestarte en sus
vidas “Heme aquí
Señor, envíame a mí” yo estoy
dispuesto a ir, a llevarles el mensaje de esperanza de Tu Evangelio “Io infatti non mi vergogno del vangelo, poiché è
potenza di Dio per la salvezza di chiunque crede,...” (Romanos 1:16) e “guai a me se non predicassi il vangelo!” (1 Corintios 9:16)
Todo esto te lo pedimos en el Nombre Santo de tu Hijo Jesucristo,
nuestro Señor. Amén y amén.
Que la gracia de Dios Padre
La paz de Su Hijo, nuestro Señor Jesucristo
Y el poder y consuelo de su Espíritu Santo
Descienda sobre todos ustedes.
Fidenza, 30/11/2013
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